viernes, 15 de mayo de 2015

Pierna de cabrito asada.




Los asados dentro de su sencillez me parecen recetas muy complicadas; parece una contradicción ¿verdad? pues no lo es.

Son muy sencillos en cuanto a los ingredientes, en realidad se necesitan cuatro cosas, y muy complicados para dejarlos en su punto: bien hechos sin pasarse y que se sequen, no admiten espera cuando está hay que comerlo, cada horno es un mundo así que las temperaturas y los tiempos no son “transferibles” de uno a otro…

El cabrito de esta zona, Picos de Europa, es de calidad, pasta libremente, no los alimentan con piensos y se consumen muy jóvenes y tiernos.

Necesitamos para dos personas:

Una pierna de cabrito.

Ajos, sal, aceite y unas ramitas de romero fresco.

Empezamos: untamos un larguero, de tamaño apropiado, con aceite de oliva; ponemos la pierna, adobada con sal, una cabeza de ajos sin pelar partida al medio y unas ramas de romero.

Lo metemos al horno a 220º para que vaya sellándose la carne y cogiendo un bonito color.

Cuando está dorado añadimos un vaso de agua, bajamos la temperatura a 200º y dejamos que se ase. De vez en cuando damos la vuelta a la pierna y la regamos con el jugo que suelta.

Para comprobar que está la pinchamos con un tenedor, no tiene que ofrecer resistencia, y la carne se tiene que desprender del hueso con facilidad. 


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