domingo, 26 de marzo de 2017

Magdalenas de coco.




Vamos a preparar unas ricas magdalenas, para el desayuno o la merienda.



Las magdalenas son básicamente pequeños bizcochos y al igual que éstos permiten muchas variaciones de ingredientes y sabores. Todas las fórmulas tienen una base común (harina, huevos, azúcar y grasa) y a partir de aquí podemos empezar a “soñar” añadiendo nuestros productos favoritos (chocolate, almendra, limón…)



Para éstas he seguido la tradicional fórmula del bizcocho de yogur 3, 2, 1 (3 medidas de harina, 2 de azúcar y una de aceite) adaptándola a mí gusto. 
Los ingredientes que necesitamos son:
3 huevos a temperatura ambiente.
1 yogur natural, no azucarado.
Usamos el envase del yogur para medir el resto de los ingredientes.
1 medida y ½ de azúcar (podéis poner dos pero mejor no abusar el consumo de azúcar blanco).
2 medidas de harina y una medida de coco rallado.
1 medida de aceite de girasol.
1 sobre de levadura química.
Cápsulas de magdalena o moldes de silicona. Los míos me los regaló mi nieto E… ¡a sus cuatro años ya sabe cómo conquistar a su abuela!

Empezamos batiendo los tres huevos con el azúcar; si tenéis unas varillas eléctricas es el momento de usarlas, si no…ánimo y paciencia y a batir con energía hasta conseguir “meter” en la mezcla todas las burbujas de aire que podamos.

Cuando la masa se vuelva blanquecina ¡la tenemos!

Añadimos el yogur y volvemos a batir, hasta integrarlo completamente.

Agregamos el aceite; yo uso de girasol para magdalenas y bizcochos porque es una grasa saludable y no deja sabor. Batimos.

Mezclamos la harina con la levadura y tamizamos para que no tenga grumos; añadimos el coco rallado y ya tenemos los ingredientes secos.

Ahora unimos las dos masas, intentando no perder el aire que hemos metido a la masa, así que vamos a hacerlo con cuidado, poco a poco, revolviendo de abajo a arriba.

Vamos rellenando los moldes hasta unas ¾ partes de su capacidad.

Los metemos en la nevera durante un mínimo de 30 minutos para que esté bien fría la masa; calentamos el horno a 210º.

Este contraste de temperaturas, masa fría-horno muy caliente, hará que nuestras magdalenas suban y formen un fantástico copete. Dejamos a 210º durante unos 5 ó 6 minutos y bajamos a 180º hasta que tengan un bonito color dorado, unos 15 minutos en total (pinchad con una brocheta para comprobar).

Las sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.



                                                                       ¡Y listas!

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